Sin pausa, pero con tiento, aliento mi pensamiento.
Calma.
Que la tierra aún no te reclama.
La llama encendida del alma perpetua tu ser en uno u otro momento.
Finitud es magnitud indefinida.
Cuando sea clara y precisa no será en ti, porque nada de lo que antes fuiste serás y, aunque creas que tus huellas quedarán, el tiempo las borrará.
Añoranza de ese tiempo vital en que la enfermedad no hacía pensar en mayores.
Ese miedo no deja avanzar.
Sólo el ahora se puede gustar y recordar.
¿Hemos perdido la libertad de soñar?
Los sueños vienen y van.
Comentarios
Publicar un comentario