Supéralo.
Nada permanece.
Hoy no es ahora. Ni ayer.
El cerebro va a lo suyo.
Unas veces te atormenta, presionando sobre tu creencia (lo que piensas de ti), otras, sin venir a cuento, te sube la autoestima.
Eso es lo que hace que estos medios se alimenten de ti.
Eres comparsa. El pastel no da para tantos. Sólo un engranaje prescindible. Donde caigas, otro ocupará tu sitio.
Tu lugar en el universo no es ese.
Has descuidado tu viaje, y te entretienes.
Ilusos e ilusas, somos una multitud efímera que se pierde en pantallas, reflejos falsos de realidad.
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