La precariedad Hoy en día la calle se ve distinta. No se vive en ese estado de placidez que puedo recordar. En la primavera, en las calles de Barcelona empezamos a darnos cuenta de unas dinámicas de reparto de paquetes a personas que salían en todas direcciones con ellos. Nos fuimos fijando y llegamos a conclusiones. Eran jóvenes y se les veía estresados. Mujeres y hombres. Concluimos que muchos de ellos no habían encontrado trabajos adecuados. Aquello despertó mi interés y tuve una inspiración narrativa. Escribí tirando de la idea. Observé con otra mirada a esas personas que se desplazaban arrastrando su carga como podían, en patinete e incluso carretillas. También vimos lugares en parques y zonas recogidas, donde tenían tiendas y carros con la chatarra que recogían de contenedores, otro sector más precario todavía. Muchos sueños perdidos. Más personas ante las puertas de supermercado extendiendo su mano. Las colas del hambre. Esa es otra. Estamos en Vigo. Pasamos por un par de s...